jueves, 30 de octubre de 2008

Aprovechando la obsesión creciente que he ido desarrollando con el fenómeno social y cultural del "citadino" en relación a su propia ciudad y en conjunto a la otra obsesión por clasificar todo lo que me encuentro en el camino, decidí comenzar un primer estudio dedicado específicamente a la gente con la que vivo y de alguna forma no convivo, todos los días. Es decir, mis vecinos.

Me pareció interesante partir aquí, pues desde siempre me desarrollé en complejos departamentales de clase media y la noción de vecino, ha tenido mucha importancia desde mi niñez. En este tipo de unidades de vivienda, el vecino se ve literalmente forzado a relacionarse con el resto, le guste o no. Quien mejor que alguien que ha vivido dentro de estas comunidades forzadas, desde el inicio de su vida.


Desde que llegué a vivir a éste edificio de la colonia Juárez en 1994 con mi familia ( a la edad de 10 años) comencé a poner mucha atención a la personalidad propia de ésta comunidad heterogénea muy específica que desde entonces me intrigó. Mas tarde y con un poco más de consciencia noté que todo tenía su punto de partida en el vicio que se generan entre los dos tipos de gente que vive en este edificio: El Inquilino y Él Condómino. Que por lo menos en este casó parecen ser de castas diferentes.


Lo siguiente, se trata solo de una primera fase de lo que pretende ser un estudio mas a fondo.

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